lunes, 10 de septiembre de 2007

El tiempo no pasa, es.

He llorado de pura belleza.
Anoche llegué a casa después de echar unas birras, serian las tres y media de la mañana pero ningún "yo" interior quería irse a la cama. Me quedé en ropa interior y salí a mi terraza con una Murphy´s en la mano... que buenos ratos me ha dado esa cerveza...
Hacía
demasiado que alguien no me retaba como lo estaba haciendo, en esos momentos, mi telescopio, apuntándome con su ojo de cíclope, estaba seguro que si no lo cogía por el cuello YA, se rompería el equilibrio del universo y a saber que catástrofe natural o humana se podría derivar de mi alocada decisión. Bebí otro buche a la vez que me levantaba del sofá, que por estar todas las noches a la intemperie, siempre está frío.
Casi al rozar el trípode de madera, casi cuando mi iris iba a coincidir con la lente, me lo pensé mejor, perdí mi vista en el suelo unos segundos, sonreí girando la cabeza y mirando al interior de la casa vi a Schubert que también quería participar del momento. El lector de CD si estaba ya dormitando y le costó ponerse a trabajar pero seguro que esta mañana no se ha arrepentido.

Mirando a las Pléyades, siempre tan golosas para cualquiera que disfrute observando el cenit del cielo, escuchando a Schubert y sin soltar la Murphy´s os tengo que confiar que me emocioné y que fueron más de dos las lágrimas que se me cayeron.

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