Zipi y Zape vuelven a ser amigos.

Y yo sumido en mi tristeza, me alegra ver desde la distancia y con cierta colaboración, como dos buenos amigos hacen las paces. Con lo porculeros que son seguro que algún día me arrepentiré.
Es mucho más fácil arreglar los problemas cuando solo une amistad. Zipi, Zape, Antonio y Jose, permitidme transmitiros mi alegría (si es que aun gasto de eso) y a su vez permitidme que politice vuestra reconciliación.